LAS VENTAJAS
El riego con técnica de aspersión, o comúnmente llamado por aspersión, representa con toda probabilidad el sistema más flexible y fácil de usar que puede emplear un agricultor moderno y experto. Se trata de una auténtica técnica agronómica cuya base es simplemente una reproducción inteligente guiada y controlada por el hombre, es decir, la reproducción de un fenómeno natural como la lluvia. Gracias a esta condición, esta técnica es absolutamente apta para cualquier tipo de
Gracias a esta condición, esta técnica es absolutamente apta para cualquier tipo de cultivo, lo que garantiza excelentes cosechas en cuanto a producto bruto vendible y y ciclos de cultivo estables. Las máquinas de riego automático, que todos conocemos con el término genérico de "enrolladores", han sido objeto de una innovación constante y progresiva en la última década, principalmente al sistema para para la recogida del tubo PET
(tubo de polietileno) con el que están equipados, pero de manera aún más significativa se ha ido invirtiendo progresivamente en dispositivos de control electrónico en la máquina. Hoy en día, gracias al apoyo de estos auténticos programadores electrónicos, nuestras máquinas son capaces de monitorizar con absoluta precisión todos los parámetros de trabajo, como la pluviometría, caudales o las pausas de inicio y final del riego, así como de transmitir estos datos de forma remota a través de módulos GSM, o plataformas de Internet. Estas condiciones han permitido trabajar con intervalos de presión y caudales importantes, abarcando eficazmente casi todas las fases del cultivo y adaptándose perfectamente a cualquier tipo de terreno. La etapa evolutiva de estas máquinas también ha implicado claramente la gestión y manipulación con el operador de estas en condiciones de absoluta seguridad, gracias a la puesta en práctica el uso generalizado de mandos hidráulicos para la prevención de accidentes.
Un detalle de fundamental importancia se relaciona con la distribución del agua en las parcelas, que normalmente se produce de dos formas distintas: la primera mediante aspersores de largo alcance, los llamados “cañones de riego”, mientras que la segunda implica el uso de barras de riego equipadas con aspersores de precisión. Gracias al uso de aspersores de largo alcance, se pueden cubrir zonas bajo la “lluvia” de hasta más de 130 metros en total,
manteniendo siempre siempre un riego uniforme y de calidad, mientras que el uso de una barra de riego se recomienda en hortalizas o cultivos donde se requiere un riego cuyo efecto se reserve principalmente para la parte foliar de la planta. En los últimos años, gracias a la flexibilidad de uso de estas máquinas, se han introducido nuevas técnicas de cultivo y agronómicas, como por ejemplo la posibilidad de distribuir purines tras la fermentación, o de suministrar principios activos o protección fitoiátrica al cultivo. El agua mezclada y aditivada con estos productos nutre y protege directamente el cultivo, modificando su microclima en caso de grave sequía y permitiendo un crecimiento constante y programado. Este sector también puede recurrir al apoyo de tecnologías electrónicas y bombas dosificadoras de última generación.
Finalmente, conviene recordar que la vida media de un aparato de riego puede establecerse fácilmente en 15 años, período de tiempo por un uso focalizado en casos de necesidad, a diferencia de otros sistemas como, por ejemplo, aquellos con goteo o con microaspersores, que obligan al empresario agrícola a invertir grandes sumas de dinero independientemente de su uso potencial.